Una vez que una
obra alcanza el status de Obra de Arte y su objetivación produce una reacción en
el mundo exterior, se convierte en un producto en una sociedad consumista y
materialista en donde todo es tasado según la oferta y la demanda. Entonces es
que adquiere un valor de cambio.
La necesidad subjetiva que satisface
ese producto determina el valor de uso, siendo este relativo y manipulado. Y
además se somete a la capción del espectador que en la gran mayoría de los casos
es de índole ornamental. O símbolo de una alta posición económica, por quién la
firma o por quién la poseyó.
Las condiciones del medio circunstancían la
demanda de una Obra pudiéndose dar esta, extemporánea al tiempo del Artista.
Esto es lo que comúnmente sucede ... el Artista muere en la ignominia y cuando
muere... su producción repunta. Siendo esta abyección lo que el mundo considera
Arte, y esto es el galardón que le da su valía.